Después de un mes en Irlanda puedo decir que Dublin ya se ha convertido en un hogar donde aprender, vivir y seguir conociendo el mundo de la imagen personal.


Parece que fue hace nada pero ya hace un mes que Alba y yo llegamos a Irlanda y la aventura ya se ha convertido en una parte más de nuestra vida. 

Al principio fueron tropecientas cosas nuevas al mismo tiempo. Independencia, idioma, prácticas laborales, costumbres, ciudades nuevas, distancia de las personas que queremos… Y todo esto ha traido, como consecuencia, momentos bastante difíciles. 

Sin embargo, por mi parte, puedo decir que ya estoy adaptada y  que Irlanda se ha convertido en un hogar. En este tiempo ya he recibido la visita de mi madre con la que hice un poco de turismo y estuvimos genial en Dublin y alrededores. Me hizo muchísima ilusión tenerla conmigo pero debo reconocer que me había acostumbrado a estar sola y de golpe volví a echarla de menos. Ahora, enseguida me volví a acomodar a mis nuevas rutinas. 

WhatsApp-Image-2022-05-09-at-8.05.29-PM
WhatsApp Image 2022-05-09 at 8.05.31 PM

 

¿Y en cuanto al sitio de prácticas? Ya tengo uniforme, así que puedo decir que ya me consideran una más. Me dejan hacer manicuras, pedicuras ¡e incluso masajes! Y me he dado cuenta que me gustan, y mucho. Tengo claro que lo importante es que vean que tienes actitud y ganas de hacer las cosas y que todo necesita su tiempo para asentarse. Pero eso es lo cuento otro día.

Poco a poco todo se va colocando en su sitio y estoy aprendiendo muchas cosas de mi misma y de lo que supone en general vivir sola. Además, cuándo no trabajo aprovecho y si puedo quedo con Alba o con otro amigo para visitar el centro, parques e incluso hacer algo de «shopping». Y aprovecho los findes para hacer excursiones y ver lugares preciosos.