Colorimetría capilar: guía básica para principiantes

La colorimetría capilar es una de las bases más importantes en peluquería, ya que permite elegir el tono adecuado para cada persona según su tipo de piel, cabello y estilo. Dominar esta técnica no solo garantiza resultados profesionales, sino que también evita errores frecuentes a la hora de teñir el cabello.

Cómo leer una carta de color

La carta de color es la herramienta esencial de todo profesional de la peluquería. Está organizada en números que indican la altura del tono (de más oscuro a más claro) y matices que aportan reflejos como dorado, ceniza o cobrizo. Por ejemplo, un 7.1 corresponde a un rubio medio ceniza. Entender esta codificación es clave para realizar diagnósticos acertados y aplicar colores que se adapten al objetivo del cliente.

Errores comunes al teñir

Uno de los fallos más habituales es no respetar la base natural del cabello. Esto puede generar resultados poco favorecedores o tonos no deseados. Otro error frecuente es no aplicar correctamente el tiempo de exposición o utilizar productos de baja calidad, lo que afecta la duración y brillo del color. Además, muchas veces se ignora la importancia de una prueba de alergia previa, poniendo en riesgo la salud del cliente.

Tonos que favorecen según el tipo de piel

La colorimetría también se apoya en la armonía entre el tono de piel y el color de cabello. Las pieles frías suelen favorecerse con rubios ceniza, castaños oscuros y tonos negros. En cambio, las pieles cálidas brillan más con dorados, cobrizos y miel. Para pieles neutras, la mayoría de tonos resultan equilibrados, lo que permite mayor versatilidad.

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